Transcurriendo el último cuarto del siglo XIX, las carretas provenientes de Buenos Aires en su viaje al Norte, hacían un alto en una pequeña isleta de algarrobos a la altura de Corral de Pachi, paraje ubicado media legua más al norte del lugar en donde algunos ranchos dispersos señalaban el principio de lo que más tarde sería un pueblo. La Cía. de Tierras Anglo-Argentina avanzaba en el tendido del Ferrocarril Central Argentino en el tramo Rosario-Córdoba, cruzando la zona antes mencionada a cuya vera nacieron un sinfín de localidades.
El gentilicio se agrupó y un gran hormiguero prestó su nombre a la incipiente aldea señalando así el comienzo de la futura ciudad. Los primeros colonos en su gran mayoría eran inmigrantes de origen Español, Italiano, Suizos y Franceses. Antes de la llegada de los mismos, la densidad de la población en esta región, era muy baja y con zonas prácticamente desiertas.
Los inmigrantes trajeron su forma de vida y conforme a estos patrones desplegaron sus actividades constituyendo una comunidad de gran espíritu de empresa, con capacidad de trabajo, voluntad de cambio e imaginación para resolver sus problemas.
La idea de obtener un lugar en el mundo, los impulsaba a luchar y la tierra era su principal recurso. La agricultura y un incipiente comercio constituían la base de su economía.
El desarraigo y la incertidumbre motivaron a los pobladores a estrechar vínculos afectivos, haciendo de la colonia una comunidad familiar. Hacia 1888, los Sres. Crisólogo Oliva y Santiago Díaz, adquirieron grandes porciones de terreno que luego lotearon y vendieron a muy bajos precios con la condición de que en ellos se construyeran viviendas. Así, el rancherío comenzó a entremezclarse con elementales negocios que cubrían las necesidades más fundamentales.
El 10 de noviembre de 1890, quedó inaugurada y habilitada al público, la Estación de Trenes con el nombre de Oliva, en homenaje a uno de sus precursores. En el mismo año, el Gobernador de Córdoba, Del Castillo, creó una Comisión Vecinal que fue el primer gobierno organizado de la aldea.
En 1900, dicha Comisión Vecinal es elevada a la categoría de Comisión Municipal. A partir de entonces se sucedieron hechos referentes a la caracterización institucional: creación del Registro Civil, del Servicio de recolección de residuos, inauguración del edificio de la Jefatura de Policía con el nombre de Cabildo, tras lo que Oliva pasa a ser cabecera del Departamento Tercero Arriba, e inauguración de la Parroquia Sagrado Corazón.
En 1908, se iniciaron estudios a los fines de establecer la aptitud de la zona para asentamiento de una Colonia Asilo Regional Mixta de Alienados, construcción que se concretó e inauguró el 4 de julio de 1914, hoy Hospital Dr. Emilio Vidal Abal.
Los años subsiguientes dotaron a Oliva del primer servicio eléctrico (1916), se realizaron los primeros comicios para elegir intendente y concejales (1920), se inauguró el Hospital zonal y el Edificio Municipal (1927) y el segundo elevador de granos del país (1930).
El Asilo Colonial Regional Mixto de Alienados fue proyectado, planeado y ejecutado por la Comisión Asesora de Asilos y Hospitales Regionales, presidida por el maestro Doctor Domingo Cabred, con el fin de dar cumplimiento a la Ley de Previsión y Asistencia Social Nº 4953, promulgada el 28 de julio de 1906.
La función principal de dicho proyecto es un vasto plan de construcciones destinadas a la asistencia más variada: tuberculosos, alienados, palúdicos, alcohólicos, deficientes mentales y morales, leprosos y enfermos generales. Para fundar el Asilo, se trajeron especialistas de Europa para constatar cuál era el mejor lugar y el mejor clima para los pacientes alienados. La fracción de tierra destinada a su ubicación y funcionamiento (600 hectáreas localizadas en el Departamento Tercero Arriba, pedanía de “Los Zorros”, localidad de Oliva), fue adquirida por compra a Don Crisólogo Oliva (fundador de la ciudad de Oliva). La respectiva escritura de dominio se firmó en el mes de mayo de 1908, colocándose la piedra fundamental, en conjunto con la Cruz que permanecen frente a la Capilla del Asilo.
Llegado de Buenos Aires (Capilla de Belgrano) de origen español, con la designación de Capellán de la Capilla del Hospital, arribó el Reverendo Padre Máximo Hernando Iglesias que durante muchos años y junto a las Hermanas Carmelitas asistió a los enfermos espiritualmente, como amigo y confidente; los domingos y fiestas religiosas enviaba el mensaje de Dios; ¡tanta devoción! en cada uno de ellos, era admirable ver en sus ojos lágrimas y oír sus cantos de alabanza que servían de ejemplo a todos los feligreses que compartían la santa misa. No se puede olvidar la fiesta de la Virgen Del Carmen, Patrona de la Colonia; todos los 16 de julio se realizaba el oficio religioso, la procesión a la que asistían los enfermos engalanados con ropa de calle, sombreros, alhajas llamativas, flores y después de ella la fiesta con bailes, golosinas; todo sonrisas, esperando la sirena que llamaba al reposo.
El 4 de julio de 1914, se lo inaugura con la llegada de treinta monjas españolas de la orden de las Carmelitas Descalzas, y treinta pacientes de la Capital Federal que llegaron en tren pertenecientes a los manicomios de Capital Federal (Hospicio de las Mercedes con la Colonia de Open-Door y el Hospital Nacional de Alienados con su Colonia anexa de Lomas de Zamora); y así sucesivamente comenzaron a llegar enfermos de Capital Federal, de la Provincia de Buenos Aires, de territorios del Sur, y eventualmente, el aporte de todo el país. En estos tiempos se cambió el nombre y se lo llamó “Asilo Regional Mixto de Alienados”.
En el año 1923, se realizaron obras de ampliación en la sección mujeres y posteriormente la habilitación de las manzanas de las Villas de ambas secciones, varones y mujeres. En efecto, la situación de hacinamiento en los manicomios metropolitanos, se solucionó momentáneamente con la habilitación de este Asilo. De este modo fue como comenzó a desarrollarse un fuerte crecimiento en infraestructura.
El Asilo de Oliva, tal cual fue planeado y ejecutado, no fue producto de la improvisación ni ensayo, se pusieron en práctica nuevos principios y objetivos que eran revolucionarios para la época y que consistían en el Tratamiento en libertad (modo OpenDoor), resultado de las investigaciones de Pinel en Francia, por un lado, y el “Non-restrain”, adjudicado a Conolli, el cual consistía en la supresión de todo medio de contención mecánica, como el uso de la sujeción, el encierro y la vigilancia.
La ciudad de Oliva se ha caracterizado desde sus inicios con un surtido nivel cultural, con expansión regional, provincial y hasta llegar a los planos nacionales e internacionales. Con entidades, organizaciones, movimientos y personalidades destacadas de la cultura; Oliva ha forjado sus cimientos que en la actualidad se encuentran plasmados en el incentivo de establecimientos educativos, en fechas festivas consolidadas tradicionalmente y de un sentido de pertenencia único.
Si bien se han modificado las formas y los recursos para hacer conocer a la sociedad los bienes históricos de la ciudad al igual que los edificios de instituciones y sus hechos que han dado forma a una ciudad desde que se llamaba “Los Hormigueros”, pasando por “Estación Oliva” y hasta constituirse y declararse oficialmente como “Ciudad de Oliva”.
En los comienzos de esta localidad, en el año 1903, se funda la Asociación Italiana Giuseppe Mazzini; la institución más longeva de la ciudad, que colabora, participa tanto como institución como en una de sus brazos culturales como lo es el Coro y la Escuela de Lengua Italiana “Dante Alighieri“ y crece en cuanto al aporte cultural expandiendo el nombre de Oliva hasta Italia; más precisamente San Pietro Val Lemina, que desde el 2015 se estrechó el vínculo de ciudades hermanas con el objetivo de lograr compartir costumbres, visiones, talentos y mucha historia que fluye en cada evento realizado como concurso de muestras fotográficas o literarios difundiendo lo más expresivo de cada participante.
En 1921 se funda el Independiente Deportivo Social Club, este año es su año del Centenario; vislumbrando un crecimiento notable, desarrollando alternativas deportivas y colaborando con la comunidad dando espacio a la expresión corporal de sus deportistas en cada disciplina. Además de ello, realiza una de las festividades clásicas de la ciudad, como la Fiesta del Chacinado casero albergando a comensales de la ciudad y la zona.
En 1928 se funda la Sociedad Española y de Socorros Mutuos, siendo el primer Presidente el Sr. Ramón López Álvarez. Otra de las instituciones más prestigiosas de la ciudad, con una gran afluencia de público colaborador en cada evento que se realice, participación social y artística destacada. Para sumarle al importante aporte a la comunidad, en el año 1945 se crea el Auditorio de la Sociedad Española para uso artístico, celebraciones públicas y centro de convenciones y reuniones. Este mismo año se crea y el Escudo de nuestra ciudad allá por 1928, por obra de Ramón Pereira; y aprobado por el Poder Ejecutivo a cargo del Intendente Venchiarutti, empezando a darle identidad tangible y representativa a la localidad.
En 1930 se inaugura la Sociedad Recreativa Cultural “Juventud Unida” bajo la Presidencia de Nicolás Esper. Esta entidad ha sido la precursora de grandes logros de manera unitaria como la creación de la Biblioteca Popular “Juventud Unida” y el, hoy, Colegio Secundario IPEM Nº 72 “Juventud Unida” o en conjunto con otras instituciones, en cuanto a la creación de plazas como la José Hernández en Barrio Medalla Milagrosa. Actualmente, transitando el 2021, la institución ha tomado una fortaleza similar a la de sus inicios pregonando la cultura y la educación, instalando en nuestra ciudad la Universidad Popular bajo la tutela o coordinación de la Universidad Nacional de Córdoba.
Otra de las instituciones que colaboran al crecimiento de la localidad, con afluencia de público y deportistas constante en todas las disciplinas; es el Club Atlético Vélez Sarsfield; fundado en 1936. Esta institución celebra desde hace más de 20 años la Fiesta Provincial de la Amistad, con el menú característico del chacinado casero elaborado en el mismo club con socios y colaboradores. Una fiesta auténtica y muy sentida para los aficionados al pueblo velezano.
En el año 1962, por obra y gracia de quien en esa época era el Cura del pueblo, Roberto Larocca, comúnmente llamado el Cura Gaucho por los vecinos; de un corazón enorme, querido por todo el pueblo y con un carisma y una creatividad impresionante. Ha sido Él, el mentor de la Fiesta de la Navidad Gaucha, y junto con la colaboración de amigos y allegados, se le dio forma a la idea de expresar el nacimiento del Niño Gaucho en el pesebre rodeado de tradición argentina, basándose en el Evangelio Criollo de Amado Anzi.
Desde sus orígenes, la historia de Oliva se ha mostrado un sostenido interés por la difusión de sus trabajos de
investigación y actividades, a través de numerosas publicaciones realizadas por el gran
Historiador e hijo de nuestra ciudad, Edgardo Mosca; siendo el eslabón fundamental en conectar la historia de los
primeros pasos de Oliva con el despertar del interés de cada ciudadano en tener aferrados los conocimientos y recuerdos de nuestra esencia y sentido de pertenencia.
El 17 de agosto de 1970, por iniciativa del Dr. Oscar René Chamale, en su momento Director de Cultura de la ciudad, se inaugura en la Biblioteca popular “Juventud Unida” la Exposición Permanente de Ciencias Naturales y del Hombre; siendo éste el puntapié inicial del Museo de la ciudad de Oliva, funcionando en ésta hasta 1979.
En 1980, el municipio alquila el inmueble sobre calle Roque Saenz Peña a la flia Gastaldi, donde funcionó el Museo de Ciencias Naturales y del Hombre conjuntamente con los talleres culturales. Fue una época donde la Cultura tuvo un papel preponderante, con la participación activa de pintores, escultores, músicos, taxidermistas, coleccionistas y público de la ciudad que visitaba todos los domingos la muestra. En 1984 se realiza la primer Exposición de Oliva en el Obispo Mercadillo.
En la década de 1990, la casa de la Cultura se traslada a la propiedad de calle San Lorenzo donde continúa el funcionamiento de algunos talleres y la preservación de piezas históricas. Con el paso del tiempo se transformó en un depósito donde muchas piezas sufrieron deterioro y debieron ser desechadas; otras retiradas por sus donantes debido a que ya no eran expuestas y muy pocas se mantuvieron correctamente.
En 2010, por iniciativa del CENMA Oliva y con motivo de la celebración del Bicentenario de la Revolución de Mayo, recuperan y restauran estos objetos para exhibirlos en un Espacio Museológico en el marco de un proyecto institucional. Una vez finalizada esta muestra, los objetos vuelven a la Dirección de Cultura donde fueron preservados hasta la actualidad.
Hoy; con los recursos que la tecnología nos brinda y ante la dificultad de mostrar nuestro patrimonio histórico en un espacio físico adecuado, tenemos la posibilidad de desarrollar el Museo de Oliva Virtual, un escenario dinámico y abarcativo, donde todos aquellos interesados en resguardar las piezas históricas de la ciudad logran tener un acceso directo y libre.
El Museo de Oliva Virtual es un espacio emergente de la Dirección de Desarrollo Cultural, Educativo y Deportivo de la Municipalidad de Oliva que permite visibilizar el paso del tiempo en la ciudad, poniendo foco de atención sobre nuestro patrimonio (personalidades, acontecimientos u objetos) que irrumpió en un tiempo determinado de la historia de nuestra comunidad.
El objetivo principal es poder reemplazar a través de la modalidad digital, el museo tradicional debido a que actualmente Oliva no cuenta con un espacio físico adecuado para preservar las piezas históricas de la ciudad. El Museo en red tiene un especial atractivo ya que ofrece el acceso colectivo a valores locales con una carga histórica y emotiva muy importante. Un acceso gratuito y un acercamiento a las nuevas generaciones y actores principales de la era digital, en el intento de resguardar la memoria de Oliva por muchos años más. Además de trascender las limitaciones de espacio y tiempo que posee un museo físico, el MOVI hace posible la organización simultánea según distintos criterios, contextos y posee además el potencial de reconceptualizar la relación entre los elementos expuestos y sus visitantes, siendo más directo, participativo y democrático.
La comunidad en general puede ser parte de esta intervención cultural aportando elementos arraigados en la historia de cada persona, familia o empresa que han sabido sobrevivir al paso del tiempo. La posibilidad de conservar elementos de nuestro pasado nos permite escribir una nueva estrofa hacia el futuro.
Si se habla de cultura en Oliva, no se debe dejar de citar al Movimiento Cultural Región del Manco Paz con una trayectoria notable y distinguida desde 1986, presidido por Nelly Bonetto de Aimar, una abanderada de nuestra cultura en la ciudad desde hace muchos años junto con otros pintores han mantenido el bastión de fomentar el arte a través de sus expresiones tales como la creación de la Agrupación de Pintores de Oliva, acompañando a Nelly se encontraban: René O. Chamale, Elba Picca, Miguel Pignatelli, Elda de Burdino, Irene O. de Gallará, Raquel S. de Ré, Hermette Martolio, Violeta Vázquez, Claudio Prenna, Iris Ré y Juan B. Cavigliasso. De las iniciativas logradas incansablemente desde hace más de 30 años el objetivo en común ha sido exhibir y contagiar a profesionales y aficionados del arte a sumarse, expandiendo talentos cada vez que se da la oportunidad en innumerables lugares, participaciones y anécdotas para citar en cada una de ellas.
Ya acercándonos a nuestros días, se destaca la creación del Himno de la ciudad de Oliva en 2010, a cargo de Daniel Scaramuzza y del poeta Mansueto Córdoba, describiendo la historia olivense en estrofas que inundan cada acto celebrado en la ciudad. En este mismo año también, mediante concurso se crea la bandera de la ciudad, siendo el creador el Sr. José Devalis, un joven estudiante secundario destacado entre muchos otros participantes. Con este logro se fortalece el sentido de pertenencia y la identificación de la localidad, teniendo nuestra música, nuestra bandera y nuestro escudo.
En 1918 se crea la primer Banda de Música, perteneciente al Hospital Dr. Emilio Vidal Abal; en ese tiempo llamado Asilo Colonia Regional Mixto de Alienados de Oliva, con la conducción del Maestro Bernardino Lépori. En 1977 el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Oliva pone de manifiesto que el Sr. Carlos Marchisio sería quien tendría la tarea de la creación de la banda. Pasados los años, más precisamente en 1979, toma vigencia la Banda de Música del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Oliva, compuesta por jóvenes, mixta; y con la presencia además de niños y adultos; bajo la Dirección de Enrique Alonso. También ese año se crea el Coro Polifónico, dirigido por Leonardo Nola.
35 años más tarde; luego de no poder recomponer el grupo armado de músicos representativos; un 1º de abril de 2017 se reúne por fin, en la Noche de Vela la Banda de Música del Museo Nacional de Malvinas que lleva el nombre de su primer Director Enrique Vicente Alonso, bajo la dirección de Eduardo Navarro. Además de ello, el MUNAM y la Municipalidad de Oliva, crearon de manera conjunta la Escuela y Conservatorio de Música que lleva el nombre de Eduardo Navarro en reconocimiento a su trayectoria como maestro músico y que será dirigido por los profesores: Gabriel Ríos , José Luis Garnero y Sandra Bernardi. Desde ese 1º de abril, la Banda de Música del Museo Nacional de Malvinas “Enrique Vicente Alonso” dice presente en cada evento, acto y Festival de Oliva incluso participando en invitaciones de ciudades vecinas con un destacado viaje para un homenaje histórico a Mendoza, poniendo de manifiesto el orgullo de pertenecer a tan prestigiosa Institución.
Un ícono de la Cultura en la ciudad de Oliva, de la tradición y de las costumbres es la conformación de las Agrupaciones Gauchas, fieles custodios de la Fiesta Nacional de la Navidad Gaucha; se destaca la institución gaucha más longeva de la ciudad, el Centro Tradicionalista Corral de Pachi; con una riquísima historia a nivel nacional con participaciones en festivales de enorme envergadura, con una vigencia de más de 50 años representando nuestra ciudad y nuestras costumbres a lo largo y ancho del país. Las demás agrupaciones gauchas son más jóvenes pero de igual sentido de pertenencia y participación incesante en cada evento realizado en conjunto con la Municipalidad e incluso otras instituciones u organizaciones. Ellas son: Agrupación Gaucha José Hernández y Medalla Milagrosa; quienes además son organizadoras de la celebración del Día de la tradición con un desfile por la ciudad, ofrenda y sentidas palabras. Las agrupaciones gauchas denotan que las costumbres siguen intactas con el paso del tiempo en ciudades que progresan y cambian de sentido en cuanto al desarrollo y las generaciones quedando siempre presente el sentido de pertenencia criollo nacional.
Una de las celebraciones más significativas que ha tomado impulso y la colaboración de muchas de las instituciones que se animan a esta faceta culinaria es la “Fiesta de Colectividades” en la que se brinda un espectáculo artístico variado en cuanto a géneros, danzas y la cuota de humor; un extenso y nutrido paseo de artesanías y la vedette del evento es obviamente las comidas típicas elaboradas por los mismos integrantes de las Instituciones que dicen presente; manteniendo las tradiciones de los países que representan. Esta esencia es digna de destacar porque la comunidad participa de manera constante, y tomando ya una dimensión que genera la atracción del público de otras localidades que se llegan a celebrarlo junto con los olivenses.
Cada 2 de abril, luego del acto oficial celebrado por los olivenses e invitados especiales incluso vecinos de otros municipios que se llegan a recordar esta fecha tan sentida; se organiza un evento deportivo en homenaje a quienes han defendido la patria de manera extrema; con mucho sentimiento se realiza la “Maratón Héroes de Malvinas”, con mucho respeto y admiración a quienes participan, poniendo un manto de sonrisa y vida sana para descomprimir la jornada conmovedora que envuelve al pueblo malvinero.
En cuanto a la cultura y arte expresada por personalidades destacadas de la localidad se encuentran:
La Liturgia Criolla representa la celebración del nacimiento del niño gaucho envuelto en un marco de ángeles y pastores, en un pesebre viviente. Representa la sencillez y a la vez la grandeza de la promesa de Dios, al enviar a nuestro Salvador recién nacido, una demostración de amor y una vida marcada a la posteridad por el sacrificio hacia el otro. Es el símbolo máximo de la Fiesta de la Navidad Gaucha.
Se celebra desde 1962 y nace con la llegada del Rdo. Pbro. Roberto Larocca, a quién la comunidad bautizó “Cura Gaucho”, quien propuso cambiar la historia católica conservadora de la localidad y hacer un homenaje a Jesús recién nacido y a la Santísima Trinidad, pero al estilo gauchesco, utilizando como base el Evangelio criollo de Amado Anzi, que toma los cuatro evangelios pero traspasados a la voz y al pensamiento de los gauchos.
A lo largo de la historia, la misa criolla fue variando en su puesta en escena pero siempre estuvo presente en cada edición del festival. El niño llega al mundo y es recibido con felicidad por la comunidad gaucha.
En la edición 55° realizada en 2017 se llevó a cabo una liturgia rejuvenecida. Se realizó una representación de la tradicional misa criolla con una duración aproximada de 30 minutos y más de 120 artistas de Oliva en escenas. El cuadro completo representa una variada complejidad, porque entremezcla la danza, música, representación, juego de luces y relatos, llevando a cabo los dos elementos fundamentales de la Navidad Gaucha a través de una obra de Ariel Ramírez: la celebración del nacimiento de Jesús y el ritmo del folclore argentino.
Participan de la adaptación de la tradicional misa criolla: la Banda del Museo Nacional de Malvinas de la ciudad de Oliva, Coro de la Asociación Italiana “Giuseppe Mazzini” de la ciudad de Oliva, músicos y grupos de folclore, Academias de Danzas de la ciudad de Oliva, bailarines, un relator que narra el nacimiento del Niño Jesús y vecinos que representan a María, José y Jesús en el momento del nacimiento.
El conjunto de artistas interviniendo simultáneamente en escenario, le da un marco de emotividad mayor al de años anteriores y es el gran valor de la puesta en escena: un trabajo armonioso de más de 120 personas a la vez.
En 2012 el Festival fue declarado de Interés Cultural y Turístico Nacional y desde entonces se elige a la Reina Nacional de la Navidad Gaucha. De esta manera, la Fiesta tiene un representante que recorre el país haciendo conocido el festival a lo largo del año.
La ciudad no se destaca por ser una ciudad turística. No posee sierras, ni lago o río que lo acompañe… pero si se destaca un espacio sentido, con mucha historia y de un nivel de emoción incalculable para los argentinos; el Museo Nacional de Malvinas, ubicado sobre la vera de la Ruta Nacional Nº 9 e interjección con la calle Rivadavia, nexo al empalme de la Ruta Provincial Nº 10; en el predio de 4000 metros cuadrados del Ferrocarril Argentino que fue adjudicado al Museo para su construcción. De lugar estratégico, a la vista de toda aquella persona que cruce el corazón de la ciudad es imposible no detenerse e ingresar a conocer en detalle el conflicto bélico de 1982.
El año 1995 marca el inicio de la existencia del Museo Nacional de Malvinas de la ciudad de Oliva. Un proyecto que responde al trabajo constante de un grupo de personas, cuyos principales responsables son Gabriel Fioni y Dino Torti.
Oliva rinde homenaje a los caídos en combate y a los veteranos de guerra. El Primer Teniente de la Fuerza Aérea, Carlos Julio Castillo; Primer Teniente de la Fuerza, Aérea Jorge Alberto Bono; el Cabo Principal de la Armada Argentina, Ángel Antonio Arce y el Suboficial Principal del Ejército Edgar Néstor Ochoa, Suboficial de la Armada Tripulante del Crucero General Manuel Belgrano, Carlos Almada; Suboficial Mayor de la Fuerza Aérea Argentina, Miguel Fiori; fueron los caídos. Se recuerda además a los que volvieron: Soldados Clases 63´Milton Pablo Galindez (ya fallecido) y Omar Eugenio Girotti; el Suboficial Mayor de la Fuerza Aérea, Hugo Roberto Suarez; Vicecomodoro de la Fuerza Aérea Argentina, Rafael Jorge Hernández; Suboficial de la Armada, Andrés Peralta; Cabo Primero de Mar, Nadador de Rescate, Juan Cruz Imbracuglio (ya fallecido) y el Cabo Primero Maquinista, Eduardo Ferrero (ya fallecido).
La presencia del Museo Nacional de Malvinas en Oliva es un homenaje conjunto a los héroes de nuestras Fuerzas Armadas, que lucharon en el Atlántico sur.
Para realizar una visita guiada, responsables del grupo que trabaja arduamente para el mantenimiento, la puesta a punto y la explicación de cada milímetro de lo expresado en cada pieza del museo debe ingresar por una puerta estanca a la réplica real de la proa del ARA General Belgrano, el crucero de nuestra Armada Argentina que fue hundido por un buque inglés en la Guerra de Malvinas. Al cruzar la misma, es imposible no admirar la historia puesta a merced de los ojos.
El espacio tiene una luz tenue; seguramente parte de las normas de conservación que los elementos precisan, pero que no deja de conformar el clima que sensibiliza aún más a quien visita el Museo Nacional de la ciudad.
En la planta baja se encuentran vitrinas y estanterías con uniformes y cascos diversos, elementos personales de soldados que estuvieron en el conflicto bélico; balas, caponas de gala, un imponente tablero de avión; borceguíes, gorras, fotos, cartas y muchas piezas históricas, de enorme valor sentimental para personas que han donado parte del recuerdo de sus familiares o propios. En el entrepiso de la proa hay otros objetos de vuelo (manuales), equipos de vuelo de pilotos, emblemas de distintos regimientos y una de las dos banderas argentinas que flamearon por última vez en Puerto Argentino. La segunda se encuentra en la Sala de Honor de la Escuela de Aviación Militar, en la ciudad de Córdoba.
Sin destacar, pero a la vista, se puede ver en una vitrina el pabellón colonialista inglés que capturó el Teniente Coronel Mohamed Seineldín. Aquella bandera capturada al enemigo, el militar la entregó al periodista Nicolás Kasanzew como trofeo de guerra para ser depositada, cuando existiera, en el primer Museo Nacional de Malvinas.
En uno de los mostradores, una caja de madera y vidrio cobra mayor dimensión, porque “huele” a Malvinas. Contiene el casco de uno de los tantos pilotos que, con gallardía y coraje, volaron los cielos de las islas de nuestro sur, y que desapareció en combate el 9 de mayo de 1982. Se trata del Teniente Jorge Casco, cuyo cuerpo fuera encontrado ocho meses después de la guerra, y que a través de un telegrama de la Cruz Roja y la Fuerza Aérea se notificó a su familia de la lamentable pérdida. En 2009, su familia fue invitada por las autoridades que continúan gobernando las islas para que los restos del Teniente tuvieran sepultura con honores en el cementerio de Darwin. Al finalizar la ceremonia, el Jefe del escuadrón británico entregó a su esposa el casco de este Teniente nacido en Chaco en 1955. Son claras huellas que dejó el impacto que tuvo contra las montañas por volar bajo, como es clara la huella que dejó su lucha al entregar su vida por la Patria.
Finalmente, en el entrepiso se rinde honor, con una foto del tamaño real, a un caído en Malvinas oriundo de Oliva, perteneciente a la fuerza de la Marina: el Suboficial Ángel Antonio Arce, quien perdiera la vida precisamente en el hundimiento del General Belgrano.
El Museo continúa fuera de esa sala, ya a cielo abierto. En el mismo espacio recreado para exhibir este inmenso homenaje a Héroes, Caídos y Veteranos de la guerra; reposa un avión IA 58 Pucará, un A-4 Skyhaw, y un bombardero Canberra. También se encuentra un vehículo anfibio que participó del desembarco, donado por Infantería de Marina; así como los cañones antiaéreos, un mástil naval, una réplica de cruz del cementerio de Darwin y un ancla. Además, una nave Dagger C-415 que surcó los cielos durante la gesta. Y una de las últimas incorporaciones al patrimonio del MUNAM es un borceguí donado por el hijo del primer teniente Bolzán, piloto de Fuerza Aérea, hallado entre los restos del avión que voló su padre y que después de 34 años encontró en perfecto estado de conservación.
Cada objeto tiene historia, casi nunca anónima; como las que se sumarán con el correr de los años a este ícono histórico presente en la comunidad, y que pertenece al pueblo argentino.